En las conclusiones del
estudio “In Defense of Parenthood: Children Are Associated With More Joy Than
Misery” se afirma que los padres son más felices cuando están cuidando a sus
hijos que al hacer cualquier otro tipo de actividad cotidiana, a pesar de las
responsabilidades adicionales que acarrea. Es más, “los beneficios emocionales
de la paternidad pueden estar relacionados con el aumento de la responsabilidad
y las tareas del hogar”, apunta Elizabeth W. Dunn, profesora asociada de
psicología en la UBC. De este modo, continúa la psicóloga, un padre es más
feliz pasando la noche cuidando a sus hijos que otra persona que sale a
divertirse pasando toda la noche en una fiesta. Bernal también explica que “al
estar pendiente de los cuidados de otra persona se fomenta un cierto altruismo
y dejas de estar tan centrado en ti mismo, por lo que desde esta óptica se
fomentan las emociones positivas”.
Los problemas que pueden tener
los hijos son fuentes de conflicto, pero no un motivo suficiente para
considerar infelices a las personas. De hecho, la resolución de estos problemas
“crea una gran satisfacción, que mejora las relaciones y genera emociones
positivas”, asegura Bernal.
Una de las enseñanzas del
estudio es que la paternidad debe basarse siempre en la responsabilidad. No se
trata de buscar los sentimientos positivos a través de los hijos, sino de
implicarse en su cuidado y educación desarrollando ciertas habilidades y
estando dispuestos a socorrerlos cuando lo necesiten. Adoptar estas aptitudes
en todo su conjunto es la clave para encontrar la fórmula de felicidad.
Los padres que participaron en
el estudio demostraron un mayor grado de felicidad, emociones positivas y ganas
de vivir que el resto de encuestados sin hijos. “Nuestros hallazgos sugieren
que si una persona es madura, está casada (contando presumiblemente con más
apoyo social y financiero), entonces es muy probable que sea más feliz”,
explican. Unas afirmaciones que no se pueden extrapolar, añade la investigadora
principal, “a las familias monoparentales o de padres muy jóvenes”. Pienso que
sería buena cosa tener, con cierta frecuencia, presentes estas conclusiones.
Jesús D Mez Madrid
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