Me gustaron las dos frases que se pronunciaron en
el Encuentro Mundial de las Familias de Milán y me parece que su publicación
puede ser de interés: “El corazón insatisfecho del hombre es el mejor aliado de
la Iglesia frente al invierno demográfico y a la crisis moral y de fe que atraviesa
Europa. Ahí está también la piedra angular para la construcción de una sociedad
auténticamente humana”.
Referente al Encuento, ha sido la séptima edición
de una iniciativa que ha demostrado ser profética en un tiempo histórico
marcado por una profunda desorientación moral, cuyos síntomas se manifiestan
dramáticamente en el ámbito familiar. Benedicto XVI ha cuidado de forma
especial la preparación de este Encuentro, convencido de que la nueva
evangelización y la revitalización de la familia son dos caras de la misma
moneda. Por eso, aunque el Encuentro ha terminado, estamos ante el pistoletazo
de salida de una misión de las familias. Es lo que les pidió el Papa, que anima
a las familias a tomar conciencia de la importancia de su papel en la Iglesia,
y a dar testimonio de su fe ante el mundo.
Jesús Martínez
Madrid
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