martes, 30 de octubre de 2012



Clase de Religión en la escuela


El secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española, en una entrevista concedida a partir de la última Permanente de la CEE, se pronunció sobre el anteproyecto de ley de educación y comentó que “está en fase de diálogo”. A su juicio, uno de los temas fundamentales que hay que tratar es “la enseñanza de la Religión católica en la escuela”, que ha de aparecer “con las mismas condiciones de libertad para los alumnos y equiparable a las fundamentales”. Según afirmó, “hay que buscar una fórmula para que sea así” y reconoció que es un asunto que les mantiene “preocupados”.


Jesús Martínez Madrid
No podrán prohibir las trasfusiones de sangre a sus hijos



La Fiscalía General del Estado ha hecho llegar un documento a todos los fiscales en la que se argumenta que los Testigos de Jehová no podrán negarse a que sus hijos menores de edad puedan recibir transfusiones de sangre en situaciones de extrema urgencia por peligrosidad de su vida. El médico en estos casos podrá intervenir sin tener que acudir al juez.

Una decisión acertada del Ministerio Fiscal que pone en primer término un derecho natural que se encuentra en una dimensión distinta al ámbito de la ley jurídica y de la tradición, el derecho a la salud, a la vida. Debemos preservar este bien supremo por encima de cualquier otro, y que los jueces, como así lo han establecido, pongan los medios jurídicos a su alcance para llegar a este fin, porque la salud debería ser lo primero tanto para los médicos como para las familias  lo que sorprende es que una sociedad no permita que los padres nieguen la transfusión y, en cambio, permita impunemente que puedan matar a los hijos antes de nacer, especialmente si puede tener alguna tara.

Cordialmente
Xus



Xus D Madrid










“Capacidad para integrar la diversidad que la configura”



Ante la polémica que algunos han levantado a raíz de unas afirmaciones de un obispo auxiliar cabe tener en cuenta que: Los obispos catalanes recuerdan que ninguna de las fuerzas políticas con presencia parlamentaria que se presentan a las elecciones autonómicas catalanas parece tener nada pensado para defender la vida del ser humano “desde la concepción hasta la muerte natural”. Pero ese es el primer criterio social que enumeran los obispos catalanes en su nota con motivo de estas elecciones. El segundo es “la democracia, el diálogo y la voluntad de acuerdo, como formas de resolución de conflictos”.

El tercero es el “bien común como objetivo prioritario”. Algo que enlaza con el documento de la Conferencia Episcopal “Ante la crisis, solidaridad” que se presentó hace unos días, y que prevenía contra los que buscan “intereses políticos particulares” alimentando el malestar, en vez de trabajar por el bien común.

Después se enumeran otros principios: “la justicia distributiva y la justicia social para regular la economía de mercado”; “la atención solidaria a los más vulnerables; la defensa de los derechos de las personas y de los pueblos, y el respeto a las minorías”, “el rechazo de toda actitud dirigida a atizar la división social o la violencia”; “la promoción de la paz y la fraternidad entre los hombres y los pueblos”.

La nota habla del “deber” de votar y, más abajo, del “deber de participar” en estas elecciones… aunque ninguna de las fuerzas políticas con representación cumple los mínimos que exige la doctrina católica. Parece claro que esto es lo que piensan los obispos catalanes y no lo que algunos quieren que digan.



Jesús Domingo Martínez
Para alguna cosa está la Constitución



En su deriva independentista, Artur Mas dio un paso más para caldear su discurso electoralista. Recalcó el presidente de la Generalitat que “nadie puede usar las armas” para frenar “el proceso hacia la libertad de Cataluña”. Frases tan vacías como su autoridad a la hora de convocar un referéndum. Él sabe que las mejores  armas de que dispone España son la Constitución y las leyes que emanan de ella. Más que suficientes para poner freno a su irresponsable desafío. Visto lo visto, ahora la amenaza es la internacionalización del conflicto empezando por reunir a los cónsules. ¿Hasta donde quiere llegar? No lo sabemos, no obstante, el tiempo dirá.



Pedro J. Piqueras Ibáñez
Dos ejemplos de vida y de saber


El Papa proclamó el pasado domingo, día 7 de octubre, Doctor de la Iglesia al español San Juan de Ávila junto a la alemana santa Hildegarda de Bingen durante la Celebración Eucarística de apertura del Sínodo de los Obispos de la Nueva Evangelización y destacó en sus palabras que San Juan de Ávila que vivió en el siglo XVI fue un “profundo conocedor de las Sagradas Escrituras, estaba dotado de un ardiente espíritu misionero”.

El Pontífice remarcó que San Juan de Ávila “supo penetrar con singular profundidad en los misterios de la redención obrada por Cristo para la humanidad” al ser “hombre de Dios, unía la oración constante con la acción apostólica” y añadió que el nuevo doctor de la Iglesia española “se dedicó a la predicación y al incremento de la práctica de los sacramentos, concentrando sus esfuerzos en mejorar la formación de los candidatos al sacerdocio, de los religiosos y los laicos, con vistas a una fecunda reforma de la Iglesia”. Sin duda se trata de un aspecto de rabiosa actualidad


Jesús Martínez Madrid
Sr. Director: Le agradecería la publicación de mi carta.
Agradecida,. le saluda atentamente,
Josefa Romo Garlito
Valladolid

 Primeros santos del "Año de la Fe"
En el "Año de la Fe" y coincidiendo con el Día del Domund ( 21-X) ), Benedicto XVI ha proclamado santos a tres laicos y a cuatro religiosos: a la catalana Carmen Sallés, fundadora de las Concepcionistas Misioneras de la Enseñanza  
que dedicó su vida a la promoción cultural de la mujer española desde el Siglo XIX, cuando no estaba permitido su ingreso en la Universidad ni estudiar Bachillerato; a la monja alemana María Anna Cope (1838-1918), un "ejemplo luminoso y enérgico" de caridad con los leprosos; al jesuita francés P. Jacques Berthieu (1838-1896), mártir y enamorado del Corazón de Jesús, que luchó contra la injusticia en Madagascar, en donde le querían como  padre y madre,  especialmente los pobres y los enfermos; al P. Giovanni Battista Piamarta (1841-1913), que promovió la formación laboral de jóvenes italianos durante la revolución industrial del XIX; a Catalina Tekakwitha (1656-1680),  joven amerindia que se santificó sin otra ayuda que la gracia;  a la alemana Anna Schäffer (1882-1925), que, por invalidez sobrevenida, no pudo ser misionera, pero edificaba   a muchos con su paz y ofrecía sus dolores desde la cama; al joven catequista Pedro Calungsod (s. XVII), mártir de Filipinas. Con su aceptación del Amor de Dios y su ardiente caridad operativa, todos ellos muestran el verdadero rostro de la Iglesia.

Josefa Romo Garlito

Un Doctor para la nueva evangelización


Desde el día 7 se celebra en Roma el Sínodo de los obispos sobre la nueva evangelización, pórtico del Año de la Fe que inaugurará el Papa este jueves, 50 aniversario del Concilio Vaticano II. El Concilio, ha explicado Benedicto XVI, se proponía renovar la fe de la Iglesia, la fe de cada creyente, para llevar a Dios a todos los ámbitos de la vida social. Ése es el propósito del Año de la Fe. No va a ser fácil. Particularmente en Europa, muchos han dado la espalda a Dios. Pero la situación no era más sencilla en el siglo XVI, en un contexto de grave crisis en la Iglesia y con el trauma de la ruptura protestante. San Juan de Ávila tuvo clara la respuesta: volver a Dios.

También recordamos al nuevo Doctor de la Iglesia como el maestro de santos que marcó a santa Teresa, a san Ignacio de Loyola o a san Juan de Dios. Pero tanto o más decisiva fue su labor de evangelizador del pueblo, con su insistencia en que la santidad es la vocación de todos, y no de unos pocos elegidos. Cinco siglos después, el Papa no se cansa de repetir lo mismo: que la Iglesia necesita santos, testigos de Cristo, no reformas externas. Y eso es justamente la nueva evangelización: un llamamiento a la conversión, a la santidad, que lleve a testimoniar ante el mundo la alegría de la fe.



JD Mez Madrid
¿Para qué otra huelga general?


Nadie duda, y menos aún los convocantes, que la huelga general convocada para el día 14, coincidiendo con huelga general en países como Grecia, Portugal, Malta,... se trata de una huelga netamente política. No se piensa en mejorar las condiciones laborales de los trabajadores en esta o aquella empresa, se utiliza lo que debiera ser el último recurso, para cuestionar desde la calle la política de reformas del Gobierno de Mariano Rajoy, que goza de amplísimo respaldo en las Cortes. En una situación como la presente no se trata de exigir el cierre de filas incondicional en torno al Gobierno, pero sí se puede esperar responsabilidad y respeto a las reglas del juego democrático, tanto a los sindicatos como a los partidos de oposición. Digo yo.



José Morales Martín
Palafrugell (Girona)
Patética


Sr. Director
Me ha parecido patético el respaldo de la Ceapa a la huelga de alumnos. Y es que la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (Ceapa) consumó con su respaldo a la huelga de los estudiantes un despropósito contra sus hijos y la enseñanza pública. Estos padres han alentado un modelo fallido que multiplicó el fracaso escolar, estos mismos días nos ha llegado el mal dato “España es el país de Europa con mayor abandono estudiantil” “La UNESCO sitúa a España a la cabeza de Europa en abandono escolar y desempleo juvenil” decía un titular de prensa. España no resiste hoy comparativa alguna con los países de su entorno. Complicidades, tal vez motivadas por cuestiones ideológicas, como las de Ceapa conllevarían hipotecar el futuro de generaciones con formación insuficiente condenadas a competir en tiempos de exigencia. Por eso, el Gobierno debe perseverar en una reforma ineludible.


Jesús Martínez Madrid
Sr. Director: Le escribo este relato por si es de su interés publicar en su periódico.
Agradezco anticipadamente su atención,
Antonio Rosales

Riquezas y ostentación

Por la Plaza van caminando, despacio, paseando, el abuelo y el nieto. Saboreando aquella belleza sublime, fuera del tiempo y del lugar. Magníficas torres, inscripciones, ornatos y dibujos se mezclaban en perfecta armonía, resaltando el conjunto.
Abuelo, que magnificencia, que maravillas, cuanto arte…
Sí, el hombre sabe también crear, o mejor, complementar la obra divina…
Todo esto es para recrearnos, para disfrutar…
Sí, pero hay que saberlo apreciar, pues para muchos todo esto es el gasto inútil de unos fantasiosos…
Abuelo, si hay algún pero, este sería la desorbitada riqueza, y hay mucha hambre en el mundo…
¿Te refieres al problema social?
Sí, creo que no está en el orden cristiano tanta riqueza. Cristo pregonó la pobreza… Atacó duramente a los ricos… No comprendo…
Todo lo que expones ya se ha dicho anteriormente. Pero antes de meternos en discutir el problema de las riquezas de la Iglesia y el hambre en el mundo, te aclararé eso que has dicho del “ataque” de Cristo a los ricos. Siempre hemos de considerar a los hombres, ricos o pobres, como hijos de Dios. Dios condena el “mal” uso de las riquezas, no a las riquezas en sí y mucho menos al hombre “rico”. Concretamente la Iglesia acoge a todos, ricos o pobres, dedicando, como madre que es, su mayor atención al que más lo necesita, sin descuidar al otro. La Iglesia atiende al necesitado con preferencia, pero nunca en exclusividad y mucho menos de forma excluyente.
Es decir, o al menos así lo entiendo, que los bienes tienen la bondad o maldad que se les quiera dar.
Exacto, como todo. Así mismo la pobreza evangélica no es carecer, sino desprenderse de los bienes, no “apegarse”. Un “rico” puede vivir “pobre”, austeramente y un pobre vivir “fastuosamente”.
Para estudiar el problema que nos hemos planteado será necesario circunscribirlo adecuadamente. Que son los bienes y que es el hambre, o que son las necesidades vitales del hombre.
Los bienes, como sabes se dividen en fungibles y no fungibles, es decir que su destino es su destrucción por el consumo o su permanencia, a pesar de su consumo. Has de notar, que cuanto menor sea su duración, más necesario y urgente es su necesidad. El alimento, tiene menor duración que el vestido, pero es más necesario.
Después tenemos los bienes no fungibles, en los que podemos catalogar las obras de arte. ¿Cuál es el fin de una obra de arte? Sin lugar a dudas, su consumo. ¿Y cual es su consumo? El disfrute de ello, de su belleza, como la de los otros bienes es su utilidad. Las Meninas, en el Prado están cumpliendo el ciclo económico que se les da a las obras de arte, su consumo. Y este consumo es la contemplación de su belleza por el pueblo. Atención a este concepto. Cumple su objetivo “social”.
Y ya tenemos una solución al problema “social” de la riqueza, la de un bien muy especial. Ningún científico, economista, sociólogo, moralista, ni siquiera los políticos toman como solución al problema social, al de la falta de recursos de la sociedad, enajenando bienes patrimoniales. Los bolcheviques, en los años veinte del pasado siglo, cuando mayor era la penuria en Rusia, no se les ocurrió vender las joyas del Ermitage. En otra escala, y desde luego a una muy menor, es como si tú das un euro a un menesteroso. Puede que coma ese día, pero al siguiente tendrá hambre. No se ha solucionado el problema.
Pero son los políticos los que airean esta faceta.
Sí, los políticos de segunda línea. Los de primera saben que tiene poca base el argumento y se lo dejan a los otros, que pueden usa las mentiras de la  demagogia sin peligro, pues de todas formas dependen de los “lametones” que les den a los jefes…
Pero Cristo le dijo al joven, en el Evangelio “vende lo que tienes, dalo a los pobres y sígueme…
Exacto. Pero Cristo dio la solución al problema del Joven, no la solución al problema económico. El joven rico, para solucionar su problema moral, para aspirar al Apostolado como seguidor de Cristo, tenía que desprenderse de sus bienes. San Antón así lo hizo, pero no solucionó el problema de los pobres en Egipto, ni siquiera de su localidad, aunque sí su problema espiritual, su problema personal.
Entonces…
Desde el punto de vista económico, terrenal, si alguien vende sus bienes, lo que hace en realidad es traspasar el problema a otro. No es la solución.
Es decir, que el consumo de los bienes fungibles y no fungibles, es su consumo; concretamente el del pan, comerlo y el de las obras de arte su exposición para el consumo “social” del mismo por desarrollo económico en general.
Hay otros bienes que debemos clasificar como “medio fungibles”: las viviendas. Sí, hay entre otras necesidades las de la vivienda. Este bien tiene una duración más larga, más extensa en el tiempo. El ser humano tiene necesidad de ella. Y una necesidad de primera magnitud que debe satisfacerse con urgencia. Como ves hay muchas necesidades, en las que metemos absurdamente las que nos creamos y que no son “necesarias”.
Pero la principal necesidad, la más urgente salvo la alimentación, es la necesidad de cultura. El hombre necesita saber, para desarrollarse como ser humano, como ser social, y por su capacidad intelectual, como necesidad personal. El conocimiento le dará armas para desenvolverse en la vida, en la sociedad, ser útil en la comunidad.
¿Tenemos la solución?
Pues sí y desde hace muchos años se conoce. No es precisamente la solución de Malthus, ya criticada por sus contemporáneos, ignorando la capacidad del hombre para superar crisis y necesidades. Ignorando los medios, los procedimientos, las políticas… Malthus ignoraba, o no quiso ver las granjas, los cultivos intensivos, la maquinaria, las técnicas, las habilidades, etc. Malthus no vio las cadenas de producción, los frigoríficos, las nuevas energías… Malthus no fue un economista visionario, pero desde luego  tampoco fue un poeta.
Hoy domina la “cultura de la muerte” como se le puede llamar ahora al aborto, a la eutanasia, a cerrar los ojos. Hoy hay menos hambre que hace siglos, pero sí es mayor la diferencia entre pobres y ricos. Y los pobres alzan su voz. Ponemos como solución la destrucción, la muerte, el encogerse de hombros, El destruir bienes para mantener los precios,…, es la cultura de la muerte.
La solución es pues, dar la caña de pescar, enseñar a manejarla. Pero nunca dar el pescado, que lo trabaje, que se las ingenie para conseguirlo. Con palabras duras, ya San Pablo lo dijo: El que no trabaje, que no coma
Esta solución es muy concreta, pero tiene sus partes: las necesidades urgentes, a corto plazo y las necesidades futuras, a largo plazo.
Las necesidades urgentes, es esa limosna del euro que ya hemos hablado. Son, desde luego los comedores de la Iglesia, de Caritas para miles de necesitados. Sí, la Iglesia atiende a estos muchos miles y para ello se necesita Capital. Una gran parte del “Tesoro” de la Iglesia se va en estas necesidades. Tal vez más allá de las posibilidades de la propia Iglesia, paliadas con el “voluntariado”, que también son Iglesia.
Y tenemos, por otra parte, la solución a largo plazo: los hospitales, las Iglesias, los Seminarios, las Escuelas, las Universidades, restaurando la salud de cuerpo y alma por un lado y proveyendo de personas idóneas para conducir la Sociedad por el camino de la prosperidad, de la felicidad. Sí, queremos la felicidad en la tierra, ese es el fin de la Iglesia, la felicidad aquí y allá.
Y como decía don Andrés Manjón, no hay felicidad, no hay paz, si no hay pan. Y no estoy volviendo al principio. Todas las soluciones son el final de los problemas.

Antonio Rosales Fernández



El deporte de competición según el Papa



Durante la última semana de septiembre, mientras los escándalos de la natación abrían un vivo debate en España, el Papa afirmaba que no todo vale para conseguir medallas, porque entonces se traiciona “el verdadero espíritu del deporte”.

Era una alusión al dopaje, en presencia de representantes de la Federación Internacional de Medicina Deportiva. Benedicto XVI recordaba un texto de la Carta a los Corintios, en la que san Pablo afirma que “los atletas se privan de todo para obtener una corona que se marchita”, para explicar que el deporte debe servir para el enriquecimiento moral y espiritual de quienes lo practican.

La victoria a toda costa en el deporte termina devorando a la persona, igual que sucede en economía con el afán desmedido de lucro, o con la ciencia privada de referentes morales. El deporte, como cualquier actividad del hombre, encuentra su verdadero sentido cuando es un camino de crecimiento para la persona en la totalidad de sus dimensiones.




Jaume Catalán Díaz

Parecen prisioneros de mitos


Es evidente que los drásticos recortes adoptados en los presupuestos están provocando un creciente malestar en los sectores sociales afectados. Lo que hace falta es explicar las razones de estos sacrificios para contribuir al sosiego social y no echar gasolina al ya caliente clima social, sin aportar alternativas realistas a una crisis que tiene entre otras raíces el despilfarro de los gobiernos de las dos legislaturas anteriores. Los sindicatos deberían jugar un importante papel de cohesión social, defensa de los más débiles y propuestas realistas de colaboración para que vuelva pronto el crecimiento que hace posible un sistema de bienestar. Por el contrario parecen prisioneros de mitos ideológicos y dependencias partidistas que terminarán por desacreditarlos más aún.



Jesús D Mez Madrid
C/ Can Pau Birol s/n (Girona)
Sr. Director:

DÉFICIT ÉTICO EN LA ECONOMÍA

El día 11 de mayo fui invitada a la celebración del día de la HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica) por una amiga, Mariola Palma, trabajadora social y profesora de la UMA. Ella fue quien presentó la primera parte del acto: una interesante conferencia de Miguel Ángel Hurtado que habló sobre la crisis económica y social que vivimos actualmente, cuyo origen es, realmente, una crisis financiera. Expuso cómo existe una tendencia predominante de confiar el mercado financiero a su capacidad de autorregulación, con la connivencia del poder político. La economía financiera se ha orientado hacia la especulación en los mercados de valores y, de este modo, la mayor parte de los beneficios no se obtienen de la producción, que genera empleo, sino especulando con los más variados elementos, convenientemente manipulados, para comprarlos a un precio barato y venderlos a un precio mayor. Se ha llegado a lo que se ha dado en llamar “ingeniería financiera”. El poder político no se ha responsabilizado de ordenar todo hacia el bien común de los ciudadanos y de las naciones y esta situación se arrastra desde hace muchos años.
El conferenciante habló sobre la encíclica social de Benedicto XVI, “Cáritas in veritate”, publicada en junio de 2009, cuando Occidente se sumía ya en una profunda crisis económica. En su introducción, la encíclica alude a dos criterios fundamentales: la justicia y el bien común. El ser humano está por encima de la economía y el primer capital que hay que salvaguardar, por medio de la justicia, es la misma persona humana. El Papa arremete contra los excesos del sistema capitalista y reclama una globalización que tenga en cuenta la condición humana de las personas que forman parte del mundo de hoy. Expone cómo la codicia y la avaricia financieras, el egoísmo y el paternalismo colonial reclaman una globalización solidaria, un nuevo orden económico basado en valores cristianos. Hace ver la necesidad de que exista un mercado más social y más humano en el que el Estado tenga un papel activo y las empresas se guíen por la ética y la responsabilidad.
Benedicto XVI, al hablar de la cooperación internacional, pide a las instituciones sociales y a los organismos internacionales una “transparencia total” y un respeto profundo por la naturaleza como fuente de vida y don de Dios. Reclama una mayor “sensibilidad ecológica”  y una “redistribución planetaria de los recursos energéticos.” Expone cómo la crisis nace de un déficit de ética en las estructuras económicas. Dice: “El riesgo de nuestro tiempo es que la interdependencia de hecho entre los hombres y los pueblos no se corresponde con la interacción ética de la conciencia y el intelecto, de la que pueda resultar  un desarrollo realmente humano.”  Al hablar en contra del paro, afirma que todo ser humano tiene derecho a un trabajo honrado. Significa “un trabajo que, en cualquier sociedad, sea expresión de la dignidad esencial de todo hombre o mujer.” Se necesita que los operadores económicos y los agentes políticos no solo estén preparados profesionalmente sino que, también, tengan una coherencia moral en su acción.
Y la crisis nos obliga a todos a revisar nuestro camino, a darnos nuevas reglas y a encontrar nuevas fórmulas de compromiso. Hace caer en la cuenta de que el humanismo que excluye a Dios es un humanismo inhumano. Afirma Benedicto XVI: “La religión cristiana y las otras religiones pueden contribuir al desarrollo solamente si Dios tiene un lugar en la esfera pública, con específica referencia a la dimensión cultural, social, económica y, en particular, política.” Continúa:”…tanto la exclusión de la religión del ámbito público como el fundamentalismo religioso impiden el encuentro entre las personas y su colaboración para el progreso de la humanidad.”
Es muy interesante su llamada a la urgencia de que exista una verdadera autoridad política mundial que tenga un poder efectivo para garantizar el desarrollo de la justicia y los derechos humanos en todos los países.

Carlota Sedeño Martínez
Trabajadora Social
Parecen prisioneros de mitos


Es evidente que los drásticos recortes adoptados en los presupuestos están provocando un creciente malestar en los sectores sociales afectados. Lo que hace falta es explicar las razones de estos sacrificios para contribuir al sosiego social y no echar gasolina al ya caliente clima social, sin aportar alternativas realistas a una crisis que tiene entre otras raíces el despilfarro de los gobiernos de las dos legislaturas anteriores. Los sindicatos deberían jugar un importante papel de cohesión social, defensa de los más débiles y propuestas realistas de colaboración para que vuelva pronto el crecimiento que hace posible un sistema de bienestar. Por el contrario parecen prisioneros de mitos ideológicos y dependencias partidistas que terminarán por desacreditarlos más aún.



Jesús D Mez Madrid
Con motivo del Sínodo y el Año de la Fe.


Al inicio del Sínodo de Obispos, dijo el Papa: no es “una mera formalidad” si toda cita sinodal se inicia con la oración, sino una demostración de conciencia del hecho que “la iniciativa” es siempre de Dios, que nosotros podemos implorarla y que con Dios la Iglesia puede sólo “cooperar”. Es de aquí que nace el segundo paso, con aquello que en latín se llama “confessio”, la confesión pública de la propia fe. Este acto, explicó, es mas que un profesar la fe en Cristo: es una verdadera y propia “confesión”. Como aquella hecha con valor ante un tribunal, “ante los ojos del mundo”, si bien sabiendo qué cosa podrá implicar.

La “confessio” tiene necesidad de un “hábito” que la haga visible. Y he aquí el tercer paso: la “caritas”. O sea la más grande fuerza que debe arder en el corazón de un cristiano, la llama con la cual encender a nuestro alrededor el incendio del Evangelio.

Cordialmente
Xus


Xus D Madrid
El Estado autonómico muestra carencias



La Transición española optó por un Estado de las Autonomías como forma de gestionar España. Sin embargo, las tensiones territoriales y la crisis están moldeando, en la opinión pública, un nuevo escenario institucional que huye de unas autonomías desmesuradas y derrochonas, tal vez las pretensiones de algunas la están acelerando. Según la última encuesta del CIS, el porcentaje de ciudadanos que prefieren un Estado más centralizado, sin autonomías, aumentó desde el 21,9% del pasado julio al 24,5% de este septiembre. A la vista de las duplicidades y dispendios, pienso que no les faltan razones para cambiar de opinión.



José Morales Martín
Palafrugell (Girona)
LA AYUDA QUE PRESTAN ES “ESCASA”


El secretario general de Cáritas en España, Sebastián Mora, ha hecho un llamamiento a todos los políticos a “encarnarse en la realidad, a sentir la realidad desde el lugar de los últimos y a escuchar a todos los que trabajan en lo social“con el fin de que las medidas que se vayan tomando tengan en primer lugar a los “más pobres“. En una entrevista a RNE, Mora ha manifestado que España vive un momento donde la ayuda de los partidos políticos es “escasa” ante lo reclama a todos los partidos la puesta en marcha de medidas, programas y proyectos para evitar “crear una sociedad donde los más débiles sigan siendo los últimos”. “Una sociedad que no se compromete con los débiles es una sociedad que acabará no reconociéndose como sociedad, que acabará perdiéndose y disolviéndose”, ha precisado.

Además, ha señalado que Cáritas necesita también “manos y corazones que estén cerca de las personas más pobres, es decir personas que quieran gastar su tiempo, su vida y su corazón en querer a los que menos tienen; medios y recursos materiales; y por último, que las personas crean en los más pobres y crean en la labor de Cáritas”. “Necesitamos personas que sueñen con otro futuro, crean en otro futuro y que animen a aquellos que están comprometidos en crear otra sociedad, a salir adelante”, ha apostillado.


Jesús D Mez Madrid
C/ Can Pau Birol s/n (Girona)





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