Una frase repetida en las
movilizaciones sindicales es la de “Quieren arruinar España y hay que
impedirlo”. Se ofrece así a la opinión pública una justificación anticipada de
esa nueva huelga general, mil veces anunciada, que se pretende condicionar a la
convocatoria de un absurdo referéndum sobre la política económica del Gobierno.
La pregunta que nos podemos hacer es ¿qué arruina al país, los ajustes
necesarios para sanear la economía o las huelgas y la inestabilidad
social que no dejan de generar desconfianza hacia España en los mercados? Hay
que recordar el mutismo sindical durante los primeros años de la crisis, cuando
el anterior Presidente del Gobierno se negaba a poner en marcha las reformas
que a todas luces eran necesarias. Ahora que las realiza el PP con una amplia
mayoría parlamentaria, los sindicatos pretenden negar su legitimidad.
SP das
Viñas
A
Coruña
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