domingo, 9 de noviembre de 2008

Los 140 millones de Garzón

Garzón, original donde los haya, se propone dar su nueva versión de la
antigua obra de misericordia de enterrar a los muertos. Levantar de
sus tumbas a las víctimas del franquismo es prejuicioso y peligroso:
cuántos de los que yacen en las fosas fueron sacrificados por
desavenencias, envidias y odios particulares tan frecuentes en los
pueblos. Hasta Carrillo lo considera un disparate. Pero robar la paz a
los muertos no va a ser gratis: 140 millones de euros en pruebas de
ADN es el coste de la identificación de los cadáveres, ensayo no del
todo fiable si los parientes supervivientes no lo son en el grado
requerido. Dejemos a los muertos en la paz de los cementerios hasta el
día del Juicio postrero. Sólo "el que sabe" dará a cada uno el pago de
sus acciones y a Garzón un tirón de orejas por haberse querido
adelantar al Dios-Juez, Aquel que tiene la última palabra sobre
víctimas y verdugos.



Ana Coronado

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