Este año, las chocolatinas de los calendarios de adviento se esconden bajo "Barbies" más rosas que nunca, "Mickey Mouses" o "Papanoeles", figuras populares que pujan entre las preferencias infantiles, pero sin alusión alguna a lo que la Navidad real esconde. Dicen que nuestra época aprecia más la forma que el fondo, y debe ser así pues el nacimiento del Hijo de Dios no merece aparecer plasmado en la tapa de un calendario de cartón de 2 euros. Los niños ya no saben lo que se celebra el 25 de diciembre pues todos al unísono se encargan de esconderse y esconderles un misterio que compromete demasiado. Y para que la Navidad sea alegría primero hay que reconocer la obra de salvación que se inauguró en el portal de Belén. Salvados…¿alguien sabe de qué?
Isabel Planas
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