Ante las decisiones y medidas tomadas por el nuevo Gobierno y los comentarios y dudas vertidos por los principales cabecillas de la oposición, opino que mejor sería que el partido socialista y los sonrientes candidatos que aspiran a dirigirlo, empezaran por reconocer su desastrosa gestión y que, al menos, guardasen un respetuoso silencio ante unas medidas que son necesarias, a todas luces, para taponar la sangría del paro que ellos mismos provocaron y que no han querido o no han sabido tomar. En este contexto resulta poco edificante que los llamados interlocutores sociales sean incapaces de llegar a un acuerdo sobre una de las grandes reformas que el anterior Gobierno fue incapaz de abordar: la reforma laboral. Enquistados en sus rígidos y contrapuestos esquemas económicos y sociales, empresarios y sindicatos, que llevan meses de diálogo de sordos, piden más tiempo al Gobierno para maquillar su permanente desacuerdo. Corresponderá de nuevo a Mariano Rajoy cortar este nudo gordiano que, hasta ahora, ha cerrado las puertas al sentido común, a sabiendas de que también le lloverán las críticas de una izquierda que no termina de encontrar el camino de una auténtica regeneración ideológica, acorde con los tiempos que vivimos.
Jesús D Mez
Jesús D Mez Madrid
C/ Can Pau Birol s/n (Girona
domingo, 22 de enero de 2012
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