domingo, 19 de julio de 2009

Sobre el fallecimiento de Rayan

Ayer se divulgó por TV la triste noticia del fallecimiento de Rayan, hijo de Dalilah, primera victima mortal en España por el virus de la gripe A/H1N1, la muerte fue debida a un error de los servicios médicos.

En todas las profesiones se cometen equivocaciones irreversibles, porque somos humanos y como tal no somos perfectos. Con esto, no quiero justificar la falta. Ha muerto una criatura y se tendrá que estudiar el caso para tomar las medidas que correspondan y sobre todo para que, por lo menos, éste suceso y las causas que lo han motivado no se vuelvan a dar, evitando que se pueda repetir.

Pero lo que me ha motivado a escribir esta carta, es la manera de dar la noticia a los medios de comunicación.

Soy profesional de la enfermería desde los años 70, he ejercido en Cataluña, Galicia y en la actualidad en Cantabria, en todos estos años he vivido errores fatales por parte del estamento médico. A veces salta alguno a los medios de comunicación nacionales y creo que nadie, por lo menos yo no lo recuerdo, habrá oído decir por TV, por parte de un director médico de un centro hospitalario. "Terrorífico error profesional." "Gravísima negligencia que admitimos que no tiene excusas." A mi juicio esto es todo un linchamiento al estamento profesional de enfermería.

El personal que presuntamente ha errado, por lo que publica la prensa, era la primera vez que estaba en ese departamento; por tanto, es víctima de la gestión del actual sistema sanitario que estamos padeciendo, sanitarios y usuarios.

España tiene fama de formar bien a sus enfermeras y por ello son reclamadas en otros países de la Comunidad, pero eso no quiere decir que puedan dominar todas y cada una de las diferentes especialidades del ámbito sanitario

Tenemos escasez de profesionales de enfermería, con lo cual el personal contratado va a trabajar a servicios en los que nunca antes ha estado y se le exige un cien por cien de responsabilidades y eficiencia.

Tanto el personal veterano y experto de los diferentes departamentos, como el novel, pasamos muchas veces agobio y soledad por estas circunstancias, sin embargo, para las gerencias todos estos problemas no son más que números para que las cuentas les salgan y procuran ahorrar medios como sean. Las direcciones no ven si los profesionales están suficientemente preparados allí donde los colocan. Normalmente nunca pasa nada porque gracias a la responsabilidad y la buena disponibilidad vamos superando la improvisación, el exceso de trabajo, las prisas, los agobios, la responsabilidad, hasta que un día la cuerda se rompe por algún lado y sucede tristemente lo que estamos lamentando hoy. Por un lado un fallecido, en esta ocasión un bebé, por otro lado unos buenos profesionales con una carrera recién estrenada de momento truncada. Pero a mi juicio no es un terrorífico error profesional, ni una gravísima negligencia que no tiene excusas, sino una falta de responsabilidad por las direcciones y gerencias que nos gobiernan viendo a los trabajadores como meros números que tapen huecos para cubrir el expediente en vez de profesionales que han de estar perfectamente capacitados en el sitio donde prestan sus servicios.

Quiero, finalmente, mandar desde este medio mis más sentidas condolencias a los familiares de Rayan y mis mayores muestras de solidaridad y ánimo a las compañeras afectadas en el caso.








Luis Martín Cólliga DUE del SCS

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