domingo, 19 de julio de 2009

Niños con padre y madre

La prole alcanza el máximo provecho cuando son educados por un matrimonio compuesto por un papá y una mamá. Así los chiquillos tienen la probabilidad de vivir las enseñanzas sensitivas y psicológicas que precisan para su pleno desarrollo.

El hombre y la mujer hacen aportaciones distintas a la educación de los retoños, cada uno de forma irrepetible. Dos mujeres pueden, cada una de ellas, ser buenas madres, pero ninguna puede ser un buen padre.




El amor materno y el amor paterno son específicamente diferentes y dan lugar a relaciones paternofiliales desiguales. Sólo los padres heterosexuales brindan a sus benjamines la ocasión de establecer conversaciones útiles.

Los críos de ambos sexos se desarrollan durante la primera niñez y suelen estar mejor bajo la custodia de la madre. Las mamás tienen una mayor sintonía con las urgencias de sus hijos y deliberan de forma más apropiada. Sin embargo, si un mozalbete ha de mudarse a hombre, tiene que soltarse de su madre e identificarse con su progenitor.

Un padre inicia a su hijo en el modo de encauzar sus pujanzas provocadoras y carnales. Una madre no puede enseñar a su chiquillo la forma de dominar esos arranques porque ella no es un hombre y no tiene envites del mismo tipo. Cuando falla un padre que desempeña esta función, con frecuencia comienzan funestas secuelas para la prole.

El mensaje evidente de las parejas homosexuales consiste en que todas las alternativas son igualmente admisibles. Por tanto, los hijos se desarrollarán cavilando que no atañe con quién se van a unir carnalmente.

Por supuesto que las parejas homosexuales otorgan cariño como los matrimonios heterosexuales, pero los pequeños precisan algo más que amor. Demandan las cualidades distintivas y las naturalezas complementarias de un progenitor masculino y otro femenino.

La sapiencia atesorada a lo largo de más de 5.000 lapsos de tiempo ha llegado a la determinación de que la configuración marital y parental prototipo son las que instauran un hombre y una mujer.

Toda ley humana tiene razón de ser en cuanto se deriva de la ley natural. Si en algo se separa de la ley natural no será ley, sino corrupción de ley.

CLEMENTE FERRER ROSELLÓ
Presidente del Instituto Europeo de Marketing, Comunicación y Publicidad

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